dimecres, 11 de maig del 2016

Conocimiento y relevo generacional en las administraciones públicas. Reflexiones surgidas de la jornada previa del CIEDO’16.

Ayer tuve la oportunidad de asistir a la sesión previa al IV Congreso Internacional EDO organizado por la EAPC, el CEJFE y el Equipo EDO de la UAB, que justo empieza hoy día 11 de mayo.

Realmente fue inspiradora y me encantaron las tres visiones o enfoques sobre la realidad que se intuye tras del título de la sesión. El espléndido trabajo de Mikel Gorriti sobre su propuesta de gestión del conocimiento en la AGPV, el maravilloso approach “emo visual” de Manel Muntada y su trabajo sobre el valor de la memoria y la preciosa artesanía explicada por Bea Aguer sobre la anticipación a la pérdida de capital en l’EAPC.

El motivo del presente post, no es valorar las ponencias, sino la reflexión que quedó en el aire y me preocupa respecto a la descapitalización masiva de trabajadores públicos en los próximos años.

Jesús Martínez, con toda la intención, preguntó en un momento dado qué pasaría si no se hace nada respecto a ser proactivos ante esta situación. La respuesta que planeaba en la mesa de ponencias y en parte del ambiente general, y esto es una percepción totalmente personal, es que en realidad no pasaría gran cosa o en todo caso lo que ya ha sucedido en el pasado. Las personas parten de cero en el aprendizaje y todo se irá poniendo poco a poco en su sitio a medida que van aprendiendo gracias a la construcción de sus propias experiencias.

Imagen de la web de http://www.tejeraconsultores.com
Seguramente, si esto se llega a dar, nadie moriría de disgusto ipso facto. Pero más allá del hecho futurible, realmente yo veo una situación preocupante. Muy preocupante. La marcha masiva de personas en la administración pública, y su saber, hiere de muerte a ésta. Lo hace porque la va hacer más vulnerable a ser privatizada, a no prestar el servicio que se le demanda (en tiempo y forma que se demanda), en su pérdida de referencia y valores respecto a la “cosa pública”, etc. Y esto estoy convencido que no lo veo yo solo.

Hay aspectos que seguramente se deben abordar antes, o a la par, como son la voluntad y la valentía política para enfocarse en las mejoras que hace tiempo se tenían que haber tomado respecto a selección/provisión de plazas, desarrollo holístico de las personas en su carrera profesional dentro de la administración y valor del desempeño de éstos, por un lado y outputs de los servicios que se prestan a nivel agregado, por otro, tal como comentó Mikel Gorriti. También apuntó la falta de madurez de los representantes de los trabajadores respecto al abordaje de los grandes temas.

Lo que pasó hace antes respecto a la marcha de personas de la administración no va a pasar igual ahora. Primero porque esta marcha va a resultar mucho más significativa en número y segundo, y más importante, porque la sociedad ha cambiado. La sociedad como receptora de los servicios de la administración y la sociedad como componente de la propia administración. Se ha ganado en consciencia de lo que cuestan los servicios públicos, especialmente después de los periodos de crisis económicas, y por tanto se exige más y mejor. A la par, los propios empleados públicos no son impermeables al cambio de sensibilidad social y ven que las cosas no se hacen como se deberían hacer.

Tampoco creo que no haya pasado nada en estos años de “hacer todo con el mínimo dinero y sin nuevas incorporaciones”. Se comentó que la sensación, en realidad, era que tampoco se habían notados cambios drásticos en las organizaciones públicas respecto a los outputs que se generan.

Yo no tengo datos objetivos para defender si los outputs han sido dados en el mismo número y la misma calidad que, digamos … en el 2008.

Pero lo que sí veo, en mi organización y en otras de carácter público, es que los climas internos se han visto enrarecidos, anquilosados, entristecidos. Se ha ido asumiendo trabajo forzadamente y poco se ha movido por dentro para incentivar a los que quedan. Y a nadie le ha importado. ¿Algún responsable público se atreve hacer una estudio de clima en su organización ahora mismo?  Decir que no ha pasado nada es duro de escuchar para según quien.

Quiero acabar el post con una reflexión muy interesante que realizó Sylvia Alonso sobre la generación que se marchará en los años venideros y que ha sido la protagonista de la construcción pública en la democracia moderna de este país. Los pioneros en muchísimos campos y ámbitos de lo público. Los que tenían que empezar casi de cero, o sin el casi, de verdad. Sus aptitudes y actitudes para llevarlo a cabo no han sido registradas ni evocadas en ninguna parte. Y estoy de acuerdo que es una lástima.

Quizás todavía se esté a tiempo de ligar aquellos momentos para que sirvan de inspiración y luz a éstos.


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